CONCIENCIA AMBIENTAL
Los museos subacuáticos expone un amplio público a la ecología marina, teniendo una función educativa e incentivando la reflexión sobre el medio ambiente y el papel que los humanos pueden desempeñar en su salud o destrucción.
Todas las esculturas están hechas de cemento naval de calidad neutra, atóxica y exenta de contaminantes nocivos. Este cemento es altamente durable, con una textura que alienta a las larvas de corales a prenderse y prosperar, mientras que los rincones y los agujeros albergan peces y crustáceos. En el año 2016, el proyecto de creación de un arrecife artificial a gran escala, las esculturas instaladas en Lanzarote en febrero de 2016 ya registran un aumento de más del 200% en la biomasa marina, y son habitadas por raros tiburones-ángel, cardúmenes de barracudas y sardinas, pulpos, esponjas marinas y la ocasional raya de las mariposas. Sólo en las últimas décadas, cerca del 40% de los arrecifes de coral naturales se han perdido y el World Resources Institute proyecta que el 90% de los arrecifes de coral están en peligro para 2030, y todos en 2050. Estas cifras asustadoras destacan un aspecto más de la importancia de museos submarinos.
IMPACTO SOCIAL
El Museo Atlántico fue concebido como un lugar para promover la conciencia ecológica, la educación y preservar y proteger el medio ambiente marino y natural como parte integral del sistema de valores humanos.
Visitar el museo submarino de Lanzarote brinda a los visitantes la oportunidad de ampliar su mente y educarse en áreas que normalmente están fuera de la vida cotidiana, de una manera segura y no destructiva. Además, el contexto submarino ofrece una atmósfera de reflexión de otro mundo sobre el comentario social realizado a través de las cifras incluidas en cada instalación.
El museo también ofrece beneficios económicos a través del turismo de buceo y el empleo para los guías que llevan a los visitantes a las galerías submarinas, ya sea para submarinismo, snorkeling o en botes con fondo de cristal.